Ruta por tierras burgalesas

Ayer teníamos el día libre un servidor y Marlon así que decidimos preparar una ruta para pasar el día. El maestro Lord Goreh (Gustavo) había recibido por fin su tan deseada Honda Fury así que no nos lo pensamos mucho y nos fuimos para Burgos a hacerle una visita y que nos la presentara.
Primero quedamos en Entrena, repostamos y partimos por una ruta de pueblitos riojanos de los que ya ni me acuerdo el nombre.
Primera parada, Ezcaray para tomar unos pintxos. Han dejado el pueblo precioso y estaba petado de gente bien disfrutando de sus vacaciones. No pegábamos mucho pero había hambre y contra eso...

Con la barriga bien llena nos dirigimos hacia tierras burgalesas por Pradoluengo y rodeando el embalse de Uzquiza. Ruta con dos puertos y bastantes curvas muy recomendable ya que el asfalto es nuevo, está muy bien señalizada y el paisaje de la sierra de la demanda es alucinante.
De ahí acabamos a las puertas de Burgos en San Millan de Juarros, donde habíamos quedado con Gustavo para comer en el restaurante de la hermana de Latiguillos (ese biker barbudo que siempre va con su perro). Nos trataron como si fuéramos de la casa y comimos de lujo. Mención especial al picadillo con huevo y patatas.....que bueno estaba!!

Una vez bien comidos nos fuimos en busca de un bar perdido entre pinares en una carretera secundaria pasando Burgos.... ni idea de donde fuimos, la verdad. Pero bueno, estaba cerrado, jeje. Eso si, el entorno genial y la sombra se agradecía con tanto calor. Allí habíamos quedado con otro burgales (Bageera) para rodar un rato.

Y como teníamos algo de sed, cansados de buscar algo que funcionara un miércoles en pleno agosto en medio de castilla, nos metimos de lleno en Burgos en busca de un buen garito.
Nos habían recomendado el "Baco", bar de Rock donde suelen juntarse bikers de la zona. Alli nos tomamos unas jarras fresquitas para recuperarnos del calor con el sonido de fondo de buen rock nacional. Saludamos a los paisanos y dejamos recuerdos para el presi de Forajidos de Burgos, que fue quien nos recomendó el local.

Y como ya se nos hacía tarde nos fuimos despidiendo y nos pusimos en ruta de vuelta a Logroño. Como Gustavo tenía mono de rodar un poco más (esta como un niño con zapatos nuevos con su Fury) nos acompaño hasta Najera por la nacional.
Llegamos a Logroño y tras la parada obligada en el Pizzarock a repostar, cada uno se fue para su casa que aún nos quedaban unos kilómetros. Ah, y menuda calorina!!

Que buen día!!